Premio 2009
MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA SUBACUATICA . Cartagena
descripcion fotos
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Arquitecto:Guillermo Vázquez Consuegra / Promotor:Ministerio de Educación y Cultura / Constructor:FCC, S.A. / Arquitecto técnico:Marcos Vázquez Consuegra - Mariano García / Colaborador:Miguel Chaves - Pedro Caro - Pedro Díaz - Joaquín Amaya - Harald Schönegger - Francisco Calvo - Fernando Burgos - Eduardo Melero - Jeff Geisinger
Al tratarse de un Museo Nacional el programa del edificio propuesto es doble: El Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas, destinado a funciones de investigación, restauración, conservación y protección del patrimonio arqueológico sumergido y el Museo Nacional de Arqueologí­a Subacuática. La opción proyectual de construir dos edificios sobre la tersa plataforma del muelle de Alfonso XII bien podrí­a responder a estas consideraciones de programa. La limitación de la edificabilidad máxima sobre la rasante de la parcela, harí­a imprescindible construir bajo la cota del muelle a fin de cumplimentar la demanda de superficie solicitada. Pero van a ser, a su vez, consideraciones de otro orden las que finalmente nos lleven a plantear la idea del edificio excavado. De una parte el tema de la Institución: Arqueologí­a Subacuática; es decir, la exhibición y difusión del patrimonio subacuático referente a todos aquellos rastros de la existencia humana que tengan un carácter cultural, histórico o arqueológico y que hayan estado bajo el agua. Consideramos, pues, pertinente que el visitante del Museo se adentre penetrando en el interior de la tierra, en referencia al mundo subacuático y subterráneo, procedencia del patrimonio sumergido. Es un edificio que toma, por tanto, de la subterraneidad el argumento del proyecto. Y, en segundo lugar, se trata de un terreno de relleno. La plataforma que constituye el muelle de Alfonso XII se produce como consecuencia del aterramiento del espacio frente a las murallas marí­timas de la ciudad de Cartagena. Se trata, por tanto, de un espacio donde antes estuvo el mar. Los materiales, objeto de la exposición, vuelven así­ a su lugar de procedencia, ahora bajo la pesada capa de piedra del viejo muelle portuario.

El edificio emerge a superficie con solo dos elementos: El Centro Nacional y el gran lucernario del Museo excavado. Entre ambos, una amplia rampa desciende conduciendo al visitante al interior del Museo. La experiencia de entrar se percibe, por tanto, como la metáfora de una inmersión en el mar. De los dos volúmenes, el largo, prismático y opaco se dispone junto a la vía de tráfico trazada por delante de las murallas y en paralelo al cantil del muelle. El otro, quebrado, anguloso y más transparente, adopta una geometría que le permite conformar entre ambos una suerte de plaza sobre el muelle, que actúa como vestíbulo del edificio, como antesala del Museo. Un espacio público para la exposición al aire libre, desde donde se podrán percibir algunos de los elementos expuestos en el interior de la pieza del lucernario.

Bajo tierra, una de las piezas del Museo destinada a Exposiciones Temporales se prolonga hasta alcanzar el borde del muelle, gestionando su relación con el mar a través de un gran ventanal, paisaje de luz y de mar, dando así­ razón de ser de su ubicación al borde del Mediterráneo.