Mención 2009
INTERVENCIÓN YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO . Murcia
descripcion fotos
Este proyecto surgió gracias a la iniciativa del Consorcio Turístico  Murcia Cruce de Caminos de actuar en un yacimiento íbero situado dentro del Parque Natural de El Valle, como parte de una estrategia de recuperación de espacios de interés cultural dentro de dicho parque.

El yacimiento, pese a su importancia a nivel nacional, se encontraba en un estado de deterioro importante, hasta el punto de que era difícil reconocer los restos en el sitio. Por tanto, el objetivo básico era restaurar el yacimiento para hacerlo reconocible y frenar su deterioro y, por otro lado mejorar su accesibilidad.

El hecho de actuar en un parque natural estuvo presente en todo momento. La actuación debía ser sensible con su entorno y producir el mínimo impacto negativo. Por ello se trabajo con algunas condiciones autoimpuestas:
1. No incorporación de materiales nuevos al yacimiento, recogiendo y reutilizando las piedras del lugar.
2. Utilización de materiales y tratamientos sensibles con el medio ambiente.

Una de las labores más complicadas fue lograr una clara percepción del yacimiento, es decir, que el conjunto de los restos tuviera una cierta coherencia formal, y deducir una organización dentro del aparente caos. Dicha organización se basó en el aterrazamiento. Todo el  yacimiento se organiza en varios niveles delimitados por muros de contención de   mampostería o tapial, hasta llegar al nivel más elevado que es el Templo. 

Una vez organizados los restos se debía facilitar el acceso y la visita. La decisión de instalar unas pasarelas ligeras también tenía ventajas a la hora de no confundir los elementos históricos con los nuevos introducidos. El contraste de los nuevos materiales (acero y madera) con los restos y su ligereza, hacen percibir las pasarelas como un elemento ajeno al lugar, pero no agresivo.

En definitiva, la restauración del yacimiento ha sido una buena excusa para la recuperación de un lugar privilegiado dentro del Parque Natural de El Valle, no solo por sus vistas al paisaje y su entorno natural, sino también por sus valores culturales e históricos ya que ese montículo ha sido un lugar de referencia sagrado desde los íberos hasta nuestros días.