Arquitecto:Enrique Nieto Fernández - Fernando de Retes Aparicio / Promotor:RGS, S.L. Construcción-Rehabilitación / Constructor:Juan José Ros / Arquitecto técnico:Varios
Construimos un edificio, hablamos de una fachada. Aprovechamos la
oportunidad que nos brindan unos premios de este tipo para completar una
reflexión en torno a la imposibilidad de seguir hablando sobre la unidad del
objeto arquitectónico, y constatar la defunción de gran parte de los postulados
que surgieron a la luz del Movimiento Moderno.
Abordamos la reflexión sobre esta
fachada desde la transversalidad y descentramiento de los datos que configuran
hoy el proyecto arquitectónico, desde la consideración de la piel del edificio
como soporte de la información que la arquitectura puede transmitir, desde la
aproximación a la ciudad histórica reinventada, desde las paradojas de las
normativas de protección y actuación, desde las relaciones entre arquitectura y
arte, y en fin, desde el margen de maniobra en el que los arquitectos
desarrollamos nuestro trabajo. Hablamos de uno de los lugares más sensibles de
la ciudad, entorno de B.I.C., rodeados de preexistencia, de restos
arqueológicos, de una especial vecindad, de altísimos precios. Es zona
patrimonio de muchos poderes fácticos. Por un lado, las instituciones públicas,
con sus incursiones forzadas en el diseño, sus dimensiones y proporciones de
huecos, retranqueos, piezas de reposición, etc. Por otro, las fuerzas privadas,
los propietarios del suelo, con unas viviendas ya vendidas de antemano y donde
la posible cualidad de una vivienda se sustituye por el prurito de autodiseño
del entorno personal por parte de cada uno de los compradores. Nos atrincheramos
en el único territorio no acotado ni fiscalizado por normas y acuerdos, nos
hacemos fuertes en los 5 milímetros que constituyen esa delgada capa que marca
el límite entre lo privado y lo público. Encontramos ahí nuestra área de
impunidad y cambiamos nuestro instrumental de trabajo como arquitectos por uno
más ligero, más contemporáneo además, y entramos en sintonía con otras maneras
de hacer. Entramos en el terreno del tatuaje, de la decoración y de la
interface, con sus reglas propias, sus códigos de conducta, sus leyes internas,
sus posibilidades de comunicación.
Pensar el proyecto no ya en términos de masa
y estereotomía sino en términos de piel nos acerca al modo de trabajar de
autores como Keith Haring, Cristina Iglesias, Herzog y de Meuron, Ábalos y
Herreros, retomando al mismo tiempo un mundo propio de la arquitectura histórica
culta y popular mediterránea. El dibujo de la fachada se realizó sobre emulsión
fotográfica arañando con un punzón metálico sobre una superficie de 24x36 mm,
para trasladar el gesto del trazo a la práctica del esgrafiado como hendido
sobre una superficie y observar qué permanece y qué se transforma al proyectar
esa imagen multiplicada por 500 sobre la pared. De esta manera se establecían
sistemas de control sobre dibujo y escala trasladando a la escala ciudadana y
pública el gesto íntimo y casi caligráfico del arañazo mínimo. Toda la fachada
se trasladó a papel vegetal a escala 1:1 y se esgrafió sobre estuco de cal a
tres tendidos, propiciando así las capacidades y disposiciones del
promotor-constructor, capaz y dispuesto a esta tarea.
Queríamos que la actuación
se vinculara inequívocamente a las técnicas contemporáneas de reproducción, y
procedimientos avanzados de producción. El mismo patrón se utilizó a gran escala
en el estucado, a media escala sobre el friso de transición sobre el zócalo, y a
pequeña escala en las chapas de aluminio sin anodizar de los petos y en los
vinilos de los vidrios, completando así esa labor de cubrición integral de la
interface, donde cada gesto se referencia a sí mismo y sus medios de producción
material, y al conjunto por su disposición y repetición.
En todo este proceso
aparece una crítica a las exigencias paradójicas realizadas desde parámetros
estrictamente conservacionistas, donde el compromiso con la ciudad y la forma de
construirse y su relación con la cultura contemporánea aparece difuminado y en
ningún caso amparado. Creemos, con A.C. Danto, que el camino del arte actual se
recorre desde la intención del autor, y recabamos con él más grados de libertad
para el hacer arquitectónico. Posiblemente existan inteligencias, pero hasta
ahora sólo hemos encontrado voluntades, y a veces extremas. Éste es el único
hecho diferencial. La voluntad de que las cosas lleguen a ser de otra manera.
Alterar la secuencia lógica de los acontecimientos para producir desde otras
angulaciones.
Podemos, por un lado, aceptar las estructuras aceptadas de
comportamiento, aceptar los mecanismos lineales de causa-efecto, aceptando sus
lógicas de origen incierto pero estables. Pero, por otro lado, siempre podremos
trabajar desde otro lugar, desde otra familia de datos, generando desde la
inestabilidad otras maneras que, paradójicamente, acabarán ellas también
fijándose y generando estabilidad. Esto es así porque la historia nos lo ha
enseñado