Arquitecto:José María López Martínez - Manuel A. Ródenas López / Promotor:Ayuntamiento de Jumilla / Constructor:Saico S.A. / Arquitecto técnico:Santiago Herreros Conejero
El Lugar: el solar se encuentra en el límite urbano de Jumilla.
Un lugar con la única referencia de la antigua estación de ferrocarril, hito
visual para la prolongación del paseo Lorenzo Guardiola. Da la sensación de ser
una zona que ha sido utilizada como cajón desastre de la ciudad; un entorno
sin definición en el que se han ido instalando un repertorio variopinto de
servicios y dotaciones totalmente inconexos, sin más criterio que el de la
necesidad. El Programa: el baño siempre ha sido un servicio puramente urbano,
basta con recordar los baños romanos o árabes. El culto al cuerpo es un fenómeno
de la ciudad. Por esto no entendemos el zonning aplicado a las instalaciones
deportivas: el desplazamiento obligado desde la zona de residencia hasta el área
deportiva. Sería magnífico encontrar una piscina en un entorno netamente urbano,
cualquier barrio céntrico de nuestra ciudad, y no en la periferia, rodeado de un
tráfico infernal, y otra vez en un solar absurdo para estos usos.
Se ha
desarrollado el programa en tres niveles: Las instalaciones se localizan en la
planta sótano, con ventilación hacia el patio lateral del edificio. En planta
baja, dos ejes se cruzan creando el vestíbulo de acceso en su intersección.
Estos dos ejes sirven al gran espacio de los vasos: en uno (paralelo al paseo)
se sitúan los vestuarios y en el otro (perpendicular al paseo), un aula, el
botiquín y un almacén.
En planta primera se localizan las actividades ajenas a
la práctica deportiva, sobre el eje longitudinal el graderío para espectadores
(ocupando el mismo área que los vestuarios) y sobre el eje transversal el área
administrativa.
El Proyecto: nuestra respuesta es contundente: un monolito, un
búnker, una jaula de Faraday como respuesta defensiva frente a agresiones
externas. Se pretende preservar el baño y la práctica de la natación en un
ambiente relajado y protegido, que filtre del exterior sólo las referencias
válidas para este ambiente. Una rasgadura paralela al paseo introduce la
vegetación del exterior, buscando además el reflejo de esta imagen en la lámina
de agua y en la pantalla translúcida que separa los vestuarios de la playa.
Austeridad frente a un entorno poco válido y en respuesta a un ambiente interior
técnicamente agresivo y a un ayuntamiento como todos, con escaso presupuesto
para el mantenimiento. Los materiales, en su expresión, resuelven el proyecto:
muros de hormigón armado, vigas de 30 m de luz en madera laminada, grandes
celosías de chapa deploye galvanizada y vidrio con diferentes grados de
transparencia. Rotundidad en los gestos y economía en el mantenimiento.
El
edificio construido: los gastos son rotundos, la composición sencilla, iniciando
en los ejes sobre los que se sustenta el proyecto. La masa predomina frente al
hueco, los materiales, más próximos a una estética industrial, no muestran qué
ocurre en el interior.
Los espacios de relación se han tratado del mismo modo,
pero la aparición del vidrio y sus distintos grados de transparencia ya insinúan
desde el hall de acceso el espacio central de los vasos y su relación con la
banda de vestuarios. La sorpresa se produce cuando pasados estos espacios
filtro, se accede al espacio protagonista: un baño rodeado de transparencias. El
vidrio marca las relaciones entre el área de baño y los espacios que la rodean,
tanto exteriores como interiores. La luz lo inunda todo, penetrando desde todos
los paramentos, la vegetación del paseo se introduce dentro de este espacio y se
multiplica en el interior a través de su reflejo en el agua, en los paramentos
de vidrio...
La sensación de calidez y protección no se debe sólo a las
instalaciones sino a los materiales utilizados: la madera en cubierta y la
entrada de sol.