PABELLON DOCENTE HOSPITAL VIRGEN DE LA ARRIXACA . El Palmar (Murcia)
Arquitecto:Rufino J. Hernández Minguillón - Miguel A. Alonso del Val - Sol Madridejos Fernández - Juan C. Sancho Osinaga / Promotor:Insalud / Constructor:Fomento de Construcciónes y Contratas / Arquitecto técnico:Mariano García Otero - Miguel Aldaz García-Mina
El edificio destinado a Facultad de Medicina es un proyecto
independiente que se amolda a las dos escalas genéricas que existen en el solar
situado en el perímetro del recinto hospitalario; por un lado, el cuerpo de
acceso similar al de otros edificios del complejo hospitalario, por otro, el
volumen principal que se afirma en el paisaje abierto que lo rodea. Un volumen
compacto de 67,90 x 33,40 m contiene una pieza baja de doble altura, donde se
define la entrada mediante un patio abierto a norte, que recoge la estrecha
conexión actual del solar con el recinto hospitalario. En él se alojan los
espacios comunes del pabellón: el vestíbulo, la cafetería, la administración, el
salón de grados y, sobre ellos, se macla una pieza de cuatro alturas
estructurada en unidades docentes.
El gran volumen horizontal aparece como una
pieza compacta en piedra dorada del lugar donde los diferentes espacios se
articulan transversalmente alrededor de vacíos proyectados que sirven como
referencia exterior de los espacios interiores, valorados como piezas
independientes (Biblioteca, Aulas, Salón de Grados, etc.). Todos estos espacios
se cualifican mediante un tratamiento diferenciado de la escala, la luz y el
material. Así, el espacio de vestíbulo surge del enfrentamiento entre dos vacíos
de diferente carácter, uno de 15 x 15 x 15 m (interior) y otro de 9 x 9 x 6 m
(exterior), que lo comprimen y tensionan verticalmente. La transición entre los
sucesivos episodios vacío (espacio de acceso), espacio vertical de vestíbulo, y
vacío (patio interior), cada uno con sus propiedades, marca el tiempo y el tema
espacial central del proyecto.
El espacio central cose los usos públicos en la
planta de acceso salón de actos, cafetería y aulas con la biblioteca en planta
primera. En el resto del edificio se dispone, según el eje longitudinal, los
diferentes departamentos universitarios. Los vacíos proyectados que aportan
luz y visión a los diferentes espacios se envuelven con una segunda piel
serigrafiada en dorado, que tamiza la luz con la referencia de la textura pétrea
utilizada en el edificio, evocando un diálogo entre los modos de limitar el
volumen, entre una piel transparente y otra opaca.
El revestimiento de piedra
continúa un tratamiento iniciado en otras áreas reformadas en el centro, pero se
identifica por su propio valor material, un valor que se persigue como elemento
de cualificación de edificios demasiado sometidos habitualmente a las
condiciones funcionales de uso, pero cuya imagen requiere, tantas veces, el
vigor formal que se obtiene de la piedra.