Arquitecto:Ignacio García Pedrosa - Ángela García Paredes / Promotor:Murcia Cultural, S.A. / Constructor:UTE, Urdemasa y Villegas / Arquitecto técnico:Isidoro Agulló Quirós
El Centro de Congresos debía completar el programa de usos del
Auditorio de Murcia, construido en 1995, cuya rotunda geometría triangular no
permitía un adosamiento físico. Sin embargo el clima y el carácter de zona verde
del área permitían una conexión virtual entre ambos edificios a través del
jardín, espacio para el encuentro, que se crea entre ellos y una relación visual
permanente entre ambos.
El edificio se organiza en una serie de naves paralelas
unidas por patios de luz. Las salas diáfanas de exposiciones, continuas y de
diferentes alturas, se relacionan a través de los patios, tejiendo hasta
confundirse, espacios abiertos y cerrados. La orientación en su interior se
consigue con la visión constante hacia el exterior, hacia el Auditorio y hacia
el paisaje. Como en la arquitectura tradicional, los patios se conciben como
expresión de calma y concentración, determinando la relación entre las personas.
Exterior e interior se confunden a través del reflejo de los cerramientos de
vidrio. De esta forma, las salas se suceden en un recinto ensimismado y
luminoso, entre patios, en el que su dimensionado permite controlar la entrada
directa de sol en una continua transparencia. Las salas, con un uso flexible
para grandes exposiciones, congresos, comedores de distintas capacidades,
permiten la comunicación entre ellas y con un gran interior único. Los patios se
configuran en este espacio multipolar como ampliación de los interiores.
La
autonomía formal del nuevo edificio respecto del edificio principal hace
referencia a éste en la piedra dorada que plementa los volúmenes de hormigón
visto gris de las naves. En ellos se abren los huecos de escala indefinida de
los patios. En el interior la unidad de tratamiento de vestíbulos, salas y
galerías, de hormigón continuo en suelos, paneles de okume y techos de metal
estirado, define un carácter casi industrial y configura un espacio de
voluntaria austeridad.
Como en la arquitectura tradicional, los patios se
conciben como expresión de calma y concentración, determinando la relación entre
las personas. Exterior e interior se confunden a través del reflejo de los
cerramientos de vidrio