Premio Arquitectura Interior
2019
REFORMA DE VIVIENDA . MURCIA
Arquitecto:Juan Pedro Sanz Alarcón - Juan Antonio Pérez Mateos
El proyecto de reforma de una vivienda situada en un edificio entre medianeras en el centro de la ciudad de Murcia se plantea como una intervención de mínimos que dote al espacio doméstico de la máxima amplitud, flexibilidad de uso e imagen contemporánea.
La vivienda existente tenía una organización funcional convencional. A partir de unas dimensiones mínimas, la vivienda se encontraba compartimentada según una estructura clásica: salón comedor, cocina, dormitorio y baño. Su configuración geométrica, con mucho fondo y muy poco frente de fachada, hacía que la mayoría de estancias volcasen a un patio interior de escaso tamaño.
El proyecto busca romper los límites de las estancias, diluyendo los grados de privacidad, y convirtiendo la casa en un espacio arquitectónico adaptado de forma precisa a las necesidades funcionales y el modo de vida. La vivienda se plantea como un mecanismo flexible, que se adapta a diferentes escenarios vitales.
La casa se estructura según una secuencia de espacios en continuidad. Diferentes ambientes yuxtapuestos, encadenan los usos de la casa: estar, estudio, cocina-comedor y dormitorio-baño.
Desde el punto de vista constructivo, se plantea una intervención desde la óptica de la sinceridad constructiva y las condiciones plásticas de los materiales. En el suelo, un plano horizontal continuo cerámico, a partir de pequeñas piezas, unifica los espacios en continuidad.
Las paredes quedan desprovistas de acabados pretenciosos, conservando las huellas del trabajo de eliminación de las capas preexistentes. En el único refugio íntimo de la vivienda, el ámbito destinado al dormitorio, las paredes se acaban mediante un mortero de cemento. El techo adquiere un carácter cromático singular. La estructura mixta del edificio, a partir de vigas metálicas y pilares de hormigón, queda descubierta, participando de la construcción visual del espacio doméstico. Su orden sirve para pautar los diferentes ambientes.
Los muebles se conforman con madera de pino que se combina con tableros de DM natural, sin lacar. El mármol aparece en las superficies horizontales, cualificando el mobiliario, equilibrando, a su vez, las características del diseño entre lo noble y lo austero.
El cerramiento exterior se comporta como un eficaz mecanismo de control de la iluminación y la ventilación. Mediante el sistema tradicional de persianas alicantinas se controla la radiación solar, permitiendo crear un colchón climático en la terraza. La carpintería, conformada a partir de una repetición de hojas abatibles idénticas, sirve para controlar la entrada de aire exterior.
La vivienda existente tenía una organización funcional convencional. A partir de unas dimensiones mínimas, la vivienda se encontraba compartimentada según una estructura clásica: salón comedor, cocina, dormitorio y baño. Su configuración geométrica, con mucho fondo y muy poco frente de fachada, hacía que la mayoría de estancias volcasen a un patio interior de escaso tamaño.
El proyecto busca romper los límites de las estancias, diluyendo los grados de privacidad, y convirtiendo la casa en un espacio arquitectónico adaptado de forma precisa a las necesidades funcionales y el modo de vida. La vivienda se plantea como un mecanismo flexible, que se adapta a diferentes escenarios vitales.
La casa se estructura según una secuencia de espacios en continuidad. Diferentes ambientes yuxtapuestos, encadenan los usos de la casa: estar, estudio, cocina-comedor y dormitorio-baño.
Desde el punto de vista constructivo, se plantea una intervención desde la óptica de la sinceridad constructiva y las condiciones plásticas de los materiales. En el suelo, un plano horizontal continuo cerámico, a partir de pequeñas piezas, unifica los espacios en continuidad.
Las paredes quedan desprovistas de acabados pretenciosos, conservando las huellas del trabajo de eliminación de las capas preexistentes. En el único refugio íntimo de la vivienda, el ámbito destinado al dormitorio, las paredes se acaban mediante un mortero de cemento. El techo adquiere un carácter cromático singular. La estructura mixta del edificio, a partir de vigas metálicas y pilares de hormigón, queda descubierta, participando de la construcción visual del espacio doméstico. Su orden sirve para pautar los diferentes ambientes.
Los muebles se conforman con madera de pino que se combina con tableros de DM natural, sin lacar. El mármol aparece en las superficies horizontales, cualificando el mobiliario, equilibrando, a su vez, las características del diseño entre lo noble y lo austero.
El cerramiento exterior se comporta como un eficaz mecanismo de control de la iluminación y la ventilación. Mediante el sistema tradicional de persianas alicantinas se controla la radiación solar, permitiendo crear un colchón climático en la terraza. La carpintería, conformada a partir de una repetición de hojas abatibles idénticas, sirve para controlar la entrada de aire exterior.